domingo, noviembre 05, 2006
Baldomir no pudo hacer un nuevo milagro
Para muchos, la pelea del año. Carlos Baldomir hacía su segunda defensa del título mundial welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Enfrente aparecía nada más y nada menos que Floyd Mayweather. El estadounidense de 29 años, considerado el mejor boxeador del momento, llegaba invicto, con 36 triunfos: 24 por nocaut. El argentino (35) acumulaba un récord de 43 victorias (13 por la vía rápida) y 9 derrotas. El Mandalay Bay de Las Vegas, un escenario emblemático en la historia boxística, se vestía de gala para presenciar el combate más esperado. Tras dar el batacazo en enero ante Zab Judah, en el mítico Madison Square Garden de New York, y luego noquear al canadiense Arturo Gatti en Atlantic City, en julio, el Tata soñaba con seguir haciendo historia.
Estudio puro en el comienzo. Mayweather intentaba hacer pesar lo que tal vez es su principal virtud: la velocidad. Y de esa forma se mostraba un poco más seguro arriba del ring. Sin embargo, Baldomir parecía tener la situación controlada, y a cada rato iba agresivamente contra el estadounidense, que cuando se sentía acorralado enseguida lo trababa.
Inteligente, el norteamericano hacía sentir su oficio cuando el santafesino lo buscaba en la zona baja y mantenía constantemente una diferencia a su favor. Entre el cuarto y el sexto round fue el tramo en el que Mayweather logró dejar más clara su superioridad. Puso a Baldomir contra las cuerdas en más de una ocasión y, en el quinto, sacó la mayor ventaja. La derecha de Pretty Boy era cada vez más difícil de controlar para el Tata, que empezaba a sufrir el desgaste que le causaba su rival.
Al promediar la pelea, Baldomir sufrió un corte en la nariz y comenzó a sangrar. Asalto a asalto, la situación se le complicaba más al argentino, que estaba prácticamente encaprichado con buscarlo arriba al estadounidense. No tenía variantes, y quedaba desprotegido fácilmente. El octavo round fue el mejor para el santafesino ex vendedor de plumeros: salió con gran actitud, golpeó abajo y arrinconó a un Mayweather que, agazapado, se defendía muy bien.
Sólo quedaban tres episodios. Nueve minutos para que el Tata produjera un nuevo milagro. Pero no habría caso. Campeón en cuatro categorías -superpluma, liviano, superliviano y welter-, el norteamericano plasmó toda su técnica dentro del ring y frustró el sueño de Baldomir. Nunca un argentino había logrado imponerse en Estados Unidos ante un número uno del mundo. Y la historia no se modificará, al menos por ahora. El jurado, integrado por dos locales y un inglés, decretó el triunfo de Mayweather en fallo unánime. Indiscutible.
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